Las personas más influyentes que has tenido la suerte de conocer, saben muy bien cómo usar el lenguaje -de eso no hay duda- su forma de hablar es extremadamente atractiva y cautivante.

Sin embargo, ¡No es ahí donde radica el verdadero poder que poseen!

Este enorme poder viene de otro lugar… Viene de más adentro…

Este poder viene de una envidiable capacidad de observar y escuchar a las personas que lo rodean, comprendiéndolas con genuino interés de saber qué es lo que los hace únicos. 

Reconociendo sus necesidades y hábilmente percibiendo la manera particular en que cada persona necesita satisfacerlas.

Lo cierto es que la gran mayoría desconoce este poder, incluso muchos que creen ser muy persuasivos no alcanzan siquiera a dimensionarlo ¡Simplemente se les escapa!

Es mediante este asombroso poder de comprender a otro ser humano, que tus sentidos se abren y tienes acceso a las fuerzas interiores que mueven a las personas de un lugar a otro. Puedes moverlas desde donde se encuentran hacia dónde necesitan ir… Sin resistencia alguna.

Cuando entiendes esto, toda tu comunicación comienza a alinearse perfectamente, para así de manera simple e irresistible mostrarle a esa persona el camino correcto, provocando en su interior una decisión inquebrantable de ir por lo que desea.

Una decisión, que de otra manera nunca se habría atrevido a tomar, plenamente consciente de los múltiples beneficios que le traerá a su vida.

 

¡Este es el tipo de persona que jamás olvidará lo que has hecho por ella!